Según esta organización cárnica, el consumo de carne de cerdo supone el 34% del total, subiendo un 2 puntos porcentuales respecto a 2014. El otro 45% sería para la carne de pollo y el resto para el vacuno y ovino. Precisamente el consumo de carne de vacuno ha pasado a 13,8 kg/persona/año, reduciéndose desde los 14,3 kg.
El conjunto de las importaciones rusas de carne está ya cerca de reducirse por debajo del millón de toneladas, un 12% menos que en 2015, destacando especialmente la reducción de la importación de carne de cerdo, que ha caído en un 13% hasta situarse en 300.000 t.
El Ministerio ruso de Agricultura ha dado el visto bueno a numerosos proyectos para incrementar la producción de carne de cerdo hasta sumar otras 700.000 t a la producción rusa. Otros proyectos por 500.000 t están actualmente negociándose por lo que de cara a 2020 se estima que el país incrementaría en un 21%.
Con estas cifras se espera que en el futuro se reduzcan totalmente las importaciones rusas de carne de cerdo y que el país pueda iniciar sus exportaciones en serio, según Kovalev. La situación ha llegado a tal punto que los responsables de nuevos proyectos podrían no recibir en el futuro el apoyo gubernamental, suponiendo dificultades para su puesta en marcha.}