La Ley de Bienestar Animal apenas lleva un mes en vigor en nuestro país y la sensación generalizada entre los ciudadanos es de más preguntas que respuestas. Contamos hace unas semanas en Vozpópuli que el nuevo texto legal, en materia de animales domésticos, que incluye a tiendas de animales, clínicas veterinarias y a los propios dueños, estaba generando un poco de caos por la falta de claridad expuesta desde el Ejecutivo.
Sin embargo, un problema mucho mayor se cierne en el horizonte relacionado con el bienestar animal y la ganadería. En Bruselas se está jugando una partida de ajedrez que puede poner en jaque a la industria avícola, porcina y conejera de nuestro país.
La Comisión Europea está ultimando, aunque aún sin fecha, una nueva normativa de bienestar animal que pretende prohibir el uso de sistemas de jaulas para los animales, la cual va a suponer la ruina para muchos empresarios, amén de un encarecimiento final para el consumidor que hará más difícil, si cabe, llenar la nevera.
Antes de entrar en materia y conocer el diagnóstico de la industria, primero toca explicar en qué consiste y de dónde nace esta idea.
El 2 de octubre de 2020, se presentó a la Comisión Europea una iniciativa ciudadana bautizada como “End the Cage Age” (Acabemos con las jaulas), la cual consiguió 1.397.113 firmas en todos los países de la Unión Europea, 85.756 de ellas en España. El documento, como su propio nombre indica, pedía acabar con el sistema de jaulas en todo tipo de animales.
Especialmente, la iniciativa hacía hincapié en prohibir las jaulas en gallinas ponedoras, pollos de engorde, conejos, parideras para cerdas y corrales individuales de terneros. En respuesta a este proceso, la Comisión Europea, tras varias declaraciones, se comprometió a presentar, a finales de 2023, una propuesta legislativa que ponga fin a este sistema y a todos los animales que lo sufren incluidos en la propuesta.
Una idea que ganó mucha fuerza tras la publicación de varios informes de la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) rechazando estos sistemas de jaulas en diferentes sectores, acercando posturas con la Comisión Europea para poner fecha y lugar al fin de este sistema.
Un dictamen hecho por científicos, desde un punto de vista técnico, que para nada tuvo en cuenta el aspecto socioeconómico y el impacto que puede tener los cambios que van a obligar a acometer a los ganaderos. Por ello, Vozpópuli ha hablado con los verdaderos afectados, que no son otros que los dueños de estas granjas, que afrontan unas semanas cruciales para el devenir de sus negocios.
Los ganaderos, en jaque por las jaulas
Si esta nueva normativa de bienestar animal tuviera luz verde en Bruselas, la ganadería europea, y por ende la española, se encontraría entre la espada y la pared. La eliminación de jaulas en granjas de gallinas ponedoras, pollos, parideras de cerdas y conejos implicaría una reducción de la producción enorme, además del tremendo gasto de inversión que estas granjas tendrían que acometer para adecuarse a la normativa europea.
Eloy Ureña es responsable del sector avícola de COAG y UAGA, además de dueño de una granja. “Nosotros ya nos hemos hecho a la idea de ir a suelo, pero falta que elaboren ese plan, punto por punto. Cómo va a ser, fechas, etcétera”, comenta Ureña.
“Si nos basamos en los estudios de los ‘sabios’ de la Unión Europea, que es la EFSA, es una catástrofe. Tenemos que ir a la par con la sostenibilidad del sector, no solo preocuparnos por el bienestar animal. No vamos a dejar que entre un solo kilo de carne o huevo de fuera de la UE sin las medidas sanitarias correspondientes. Parece que queremos cargarnos la agricultura. No podemos cargarnos un sector entero solo para que los pollos vivan mejor”, señala el responsable de COAG.
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