Desde la Dirección General de Protección al Consumidor de Honduras se ha puesto en marcha un laboratorio, ubicado en la aldea Mateo del Distrito Central, con el que se va a revisar el contenido de agua de la carne de pollo «para asegurar que lo que se está comprando es carne y no agua», según detalla Arnaldo Castillo, responsable de la Secretaría de Desarrollo Económico, informa el diario El Heraldo.
El contenido no debe ser mayor al 12% pero según Castillo, en el país a veces el porcentaje es mayor.
El laboratorio se ha puesto en marcha gracias a la alianza con la Federación de Avicultores de Honduras (Fedavih).
Después de la carne de pollo este tipo de controles se podrían aplicar a otros productos como la carne de cerdo o a la de vacuno.
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