Los gobernadores de Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe –donde se concentra, junto con Buenos Aires, la producción de carne argentina– fueron espectadores de la decisión del presidente Alberto Fernández de suspender las exportaciones por 30 días. En una movida que pareció sincronizada, salieron a criticar la medida y tomaron distancia de la Casa Rosada. Es la primera vez que Omar Perotti y Gustavo Bordet reaccionan frontalmente a una resolución nacional; en el caso de Juan Schiaretti mantiene una relación distante con Fernández. Todos parecieron más atentos al impacto electoral que a las necesidades de Fernández.

Con todo, el posicionamiento de las provincias del Centro tiene matices, mientras que el ministro de Producción entrerriano, Juan José Bahillo, afirmó entender la preocupación de Fernández por contener el precio en el mercado interno aunque cree que la suspensión no es una medida virtuosa, Perotti subió la apuesta: “La solución es aumentar la producción y no cerrar las exportaciones. Tenemos las condiciones para abastecer el mercado interno y externo, mantener la posibilidad de exportar nuestros productos al mundo”. En Santa Fe hay 33 frigoríficos, una decena de ellos exporta. Manuel Calvo, vice de Schiaretti, directamente vaticinó el fracaso de la decisión y acusó a la Nación de “tropezar dos veces con la misma piedra”.

Schiaretti cultiva un perfil diferente, no apoyó a Fernández en la campaña, mantiene una relación institucional correcta con la Casa Rosada (el interlocutor es el ministro Eduardo “Wado” de Pedro); apoya algunos proyectos impulsados por el kirchnerismo y toma distancia en otros que le son claves para sostener su electorado: justicia y campo. El cordobés cuenta con cuatro diputados que le responden –esa es una diferencia clave con Perotti, que no tiene representantes propios- y eso le da la posibilidad de negociar y hacer jugar el número en una Cámara donde el oficialismo necesita aliados.

La región Centro es la única que no reclama en bloque al Presidente como lo hacen las provincias del NOA y las patagónicas. En el norte el peso electoral del kirchnerismo es mayor que en las tres provincias productivas que ahora tomaron distancia por la estrategia con las carnes.

El gobierno de Santa Fe se enteró por los medios de la repentina decisión por la exportación de carnes. El secretario de Agroalimentos, Jorge Torelli, un hombre que proviene del sector frigorífico, fue director de Mattievich, confirmó a la nacion que “no hubo consultas en el plano técnico para tomar esa decisión”.

Santa Fe es una provincia clave en la exportación de carnes a los mercados internacionales, como China y Europa. Vende el 42% del total de operaciones que realiza la Argentina, y la producción de carne para exportación se concentra en 10 frigoríficos repartidos en el norte, centro y sur de la provincia. Esta vez la reacción de Perotti fue inmediata, porque no había espacio para la negociación, señalaron en el gobierno de Santa Fe. La postura del gobierno santafesino fue distinta a la que tomó el año pasado con Vicentin, donde a pesar de las tensiones internas dentro del gobierno, Perotti no sacó los pies del plato y propuso una salida alternativa con una intervención provincial que nunca prosperó.

El gobierno quiere evitar meterse en un nuevo conflicto con el sector agropecuario. Las principales entidades ruralistas, nucleadas en la “mesa ganadera de Santa Fe” salieron a repudiar el cierre de las exportaciones. Lo mismo sucedió en Córdoba, donde todos los sectores empresarios salieron al cruce.

Perotti es un hombre nacido y criado en el sector agropecuario, desde su Rafaela natal, donde llegó a ser ministro de la Producción de la provincia, y a lo largo de su trayectoria tejió contactos directos con el agro, que resintió el estallido de la crisis de Vicentin. Pero además busca evitar que se aleje un capital electoral que tiene en el interior de Santa Fe, en momentos de un crudo escenario sanitario. Más allá de eso, el gobernador está convencido que es un grave error el cierre de las exportaciones de carne.

“En Santa Fe, la ganadería genera trabajo, inversiones y tiene un inmenso potencial. Los cambios en las reglas de juego, con soluciones que no funcionan, sólo perjudican el futuro de la actividad que tanto nos brinda a los santafesinos”, agregó por su red social.

Luego, el ministro de la Producción salió a explicar la posición. Daniel Costamagna, el funcionario que en junio pasado amenazó con la renuncia si se concretaba la expropiación de Vicentin, explicó que Santa Fe está en desacuerdo porque “el problema no es la venta de carne al exterior sino el mercado interno”.

La nacion

Artículo anteriorQuema de gavilla, catastrófica para el suelo
Artículo siguienteEn Los Altos de Jalisco, lecheros desaparecen ante negocio insostenible

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.