Chihuahua, Chih.- El suelo representa un recurso de gran valor no solo para los humanos sino para todos los seres vivos. Y por esta razón cada 22 de junio se celebra el Día Mundial del Suelo y la Tierra Fértil para resaltar su importancia y concientizar su cuidado y conservación frente al cambio climático, procesos de degradación, deforestación y sequía, a través de implementación de medidas de adaptación.
El suelo es un recurso no renovable en el que crecen, se nutren las plantas y viven numerosos organismos animales y organismos microscópicos. Nos proporciona alimentos, vestidos y productos madereros. Almacena y filtra el agua de las lluvias y sobre él se construyen viviendas, industrias, pueblos y ciudades. El trato que le damos al suelo influye en la calidad y cantidad del alimento que consumimos.
El suelo es un recurso finito, lo que implica que su pérdida y degradación no son reversibles en el curso de una vida humana. En cuanto componente fundamental de los recursos de tierras, del desarrollo agrícola y la sostenibilidad ecológica, es la base para la producción de alimentos, piensos, combustibles y fibras y para muchos servicios ecosistémicos esenciales. Sin embargo, pese a que es un recurso natural muy valioso, a menudo no se le presta la debida atención. La superficie natural de suelos productivos es limitada y se encuentra sometida a una creciente presión debido a la intensificación y el uso competitivo que caracteriza el aprovechamiento de los suelos con fines agrícolas, forestales, pastorales y de urbanización, y para satisfacer la demanda de producción de alimentos, energía y extracción de materias primas de la creciente población. Los suelos deben ser reconocidos y valorados por sus capacidades productivas y por su contribución a la seguridad alimentaria y al mantenimiento de servicios ecosistémicos fundamentales.